lunes, 12 de mayo de 2025

Semana 05 (05-11/05) | Evaluación: tipos

Durante esta quinta semana de prácticas en el CEIP Menéndez Pidal, he podido conocer de cerca el enfoque que se adopta en relación con la evaluación del alumnado en las diferentes etapas educativas del centro. Esta observación se ha centrado en tres ámbitos principales: Educación Infantil, Educación Primaria y el aula específica de educación especial. La evaluación es entendida en este centro como un proceso global, continuo y formativo, que se adapta a las características del alumnado, fomentando un aprendizaje significativo y atendiendo a la diversidad del aula.

En la etapa de Infantil, la evaluación tiene un carácter eminentemente formativo y cualitativo, y se concibe como una herramienta para conocer el desarrollo evolutivo del niño y su proceso de aprendizaje. En este ciclo no se realizan calificaciones numéricas, sino que se emplean informes descriptivos que recogen los avances, dificultades y necesidades detectadas. Se lleva a cabo una evaluación inicial al comienzo del curso, cuyo objetivo es conocer el punto de partida de cada niño. Para ello, las maestras utilizan instrumentos como la observación directa, entrevistas con las familias, cuestionarios de desarrollo y pruebas lúdicas adaptadas. Esta información permite ajustar las programaciones y diseñar estrategias personalizadas. A lo largo del curso, se realiza una evaluación continua, basada en la observación sistemática y el registro de comportamientos, interacciones, lenguaje, motricidad y autonomía. Se utilizan cuadernos de seguimiento individual, rúbricas sencillas, escalas de observación y anecdotarios para registrar el progreso del alumnado en las diferentes áreas de desarrollo. La evaluación final se plasma en un informe que se entrega a las familias y recoge el nivel de desarrollo alcanzado en relación con los objetivos del ciclo. Este informe no es solo un resumen, sino que también orienta sobre los pasos a seguir en la siguiente etapa educativa.

En Primaria, la evaluación se ajusta a los criterios establecidos en la normativa vigente, pero el centro apuesta por una evaluación que combine lo cuantitativo con lo cualitativo. El profesorado realiza una evaluación inicial a comienzos del curso y de cada unidad, con pruebas diagnósticas sencillas y actividades prácticas que permiten detectar los conocimientos previos, hábitos de estudio y competencias básicas del alumnado.

Durante el curso, la evaluación continua cobra especial importancia. Se utilizan rúbricas específicas para valorar competencias, registros de participación, listas de cotejo para hábitos de trabajo, cuadernos de clase, portafolios con evidencias del proceso de aprendizaje, y se aplican de forma periódica pruebas escritas y orales. Estas últimas permiten comprobar la adquisición de contenidos conceptuales, la comprensión lectora, la capacidad de expresión oral y escrita, así como la argumentación y la claridad en la exposición de ideas. Además, se fomenta la autoevaluación y coevaluación, especialmente en tercer ciclo, como forma de desarrollar la metacognición y la responsabilidad del alumnado sobre su propio aprendizaje. También se valora la participación activa, el trabajo cooperativo y el cumplimiento de tareas.

Al final de cada trimestre, se lleva a cabo la evaluación sumativa, que permite recoger los logros obtenidos y establecer calificaciones numéricas. Estas calificaciones se basan en los resultados de las pruebas escritas y orales, así como en la observación diaria, el esfuerzo, la actitud y la evolución individual. En las sesiones de evaluación se valoran también aspectos actitudinales y de convivencia. Las decisiones se toman de forma colegiada por el equipo docente y se comunican a las familias mediante informes detallados. 

En cuánto a la evaluación que se lleva a cabo en el aula específica, he podido observar la atención individualizada que se ofrece y los programas específicos que se aplican, adaptados a las capacidades y características de cada alumno.

En el aula específica actualmente están escolarizados, entre otros, tres alumnos con diferentes diagnósticos: un niño con TEL (Trastorno Específico del Lenguaje), otro con trastorno negativista desafiante (TND) y un tercero con parálisis cerebral.

La evaluación en este aula se basa en el desarrollo de programas individualizados, que se revisan periódicamente. Para cada alumno se establecen objetivos concretos, adaptados y funcionales, en áreas como la comunicación, la motricidad, la autonomía personal y las habilidades sociales.

Se utilizan cuadros de registro diario donde se anota la evolución de cada niño en relación con los objetivos propuestos. En el caso del alumno con TEL, se hace especial seguimiento al progreso en comprensión y expresión verbal mediante registros semanales de sesiones de logopedia y actividades comunicativas. Para el alumno con TND, se aplica un cuadro de conducta con refuerzos positivos, donde se registran comportamientos concretos como el respeto a turnos o la gestión de la frustración. Finalmente, para el niño con parálisis cerebral, se trabaja con un programa de estimulación motriz y sensorial, y se realiza una evaluación funcional adaptada.

En esta evaluación, es fundamental coordinarse el trabajo con los equipos de orientación, los especialistas y las familias, y se revisa trimestralmente en reuniones de equipo.

Ejemplo de cuadro de registro de conducta.

3 comentarios:

  1. ¡Hola! Has realizado un recorrido muy completo por los distintos niveles educativos del CEIP Menéndez Pidal, y me parece muy valioso cómo destacas la importancia de adaptar la evaluación a las características de cada etapa y de cada alumno.

    Me ha parecido especialmente interesante la forma en que se trabaja en el aula específica, con objetivos concretos y estrategias personalizadas para cada niño. Es admirable el enfoque tan cercano que se adopta para acompañar el proceso de aprendizaje de todo el alumnado.

    Gracias por compartir tu experiencia con tanto detalle. ¡Un saludo!

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  2. ¡Buenas compi! Agradezco que nos hayas comentado una gran variedad de datos interesantes y muy útiles acerca del sistema evaluativo de tu centro de prácticas.

    Debido a que yo estoy haciendo mis prácticas especialmente con la etapa de Infantil, me ha llamado mucho la atención la evaluación se centra en el desarrollo integral del alumno apoyándose en el contacto con las familias, pues considero que en etapas como Primaria se nos olvida que evaluar no es solo poner una nota en el boletín, sino que es la manera de entender cómo aprenden los estudiantes.

    Con respecto al Aula Específica he de decir que la personalización de la enseñanza a las diversas necesidades del alumnado es solo un ejemplo de cómo la coordinación y el compromiso pueden ayudar a crear una escuela inclusiva y para todos.

    ¡Un abrazo!

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  3. ¡Hola Lucía! Gracias por compartir los tipos de evaluación que se llevan a cabo en tu centro. La entrada que has realizado me ha parecido muy completa y clara, especialmente por cómo has abordado la evaluación en las distintas etapas y en el aula específica.

    Coincido con la compañera Ana con que, en algunas ocasiones, en Educación Primaria muchos docentes solo emplean la evaluación cuantitativa, olvidando que la evaluación cualitativa permite valorar aspectos más amplios del proceso de aprendizaje del alumnado, y no únicamente una calificación numérica. Desde mi punto de vista, no deberían de centrarse solamente en si realizar la evaluación cuantitativa o cualitativamente, sino lograr el equilibrio y emplear ambas.

    También, me ha parecido muy interesante la evaluación individualizada que se emplea en el aula específica, mediante el uso de programas individualizadores. Esta personalización es clave para poder atender a la diversidad y favorecer el desarrollo de cada estudiante.

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